Mónica Gudiño
El cielo me ha regalado
un sombrerito de viento
que está llenito de voces
cosechadas por el tiempo.
Al hombro de mi flequillo
viajan como en un cuento,
y en el lago de mis ojos
se amamantan de silencio.
Unas corren a mis labios
como peces alocados,
para contar lo que callan
niñitos enamorados…
Otras saltan a mis manos
como rayos transparentes,
lustrando de sensaciones
el corazón de mi gente.
Y algunas quedan girando
con el trompito del alma,
jugando este sueño eterno
de mi alfabeto con alas.