Anabel Sáiz Ripoll
-Abuelo, yo seré marinero.
-No, mi hijo, sé, tal vez, panadero.
-Padre, yo voy a ser marinero.
-No, mi hijo, sé, como yo, buen herrero.
-Madre, quiero ser marinero.
-No, mi hijo, sé, como José, carpintero.
-Mar, hoy ya soy marinero.
-Sí, ven, aquí tienes tu velero.