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sábado, 19 de junio de 2010

El hada del siempre


María García Esperón

El hada del siempre
dicen que no existe
que nadie la ha visto
que es imposible.

Hay quienes afirman
que vive invisible
al lado del nunca
y que es inasible.

Pero en la promesa
tiene su castillo
y como un tesoro
guarda tus suspiros.

jueves, 17 de junio de 2010

Las horas


Aurelio González Ovies

Rodrigo preguntaba:
¿qué son las horas?
Y su mamá le dijo:
como palomas.
Y Rodrigo insistía:
¿y los minutos?
Y ella le respondió:
son como sustos.
(Se sienten y no se ven
porque son repentinos y muy oscuros).
Pueden pasar muy pronto
o durar mucho.
Depende de cuánto tiempo
decida cada paloma
posarse
en cada uno.

miércoles, 16 de junio de 2010

Pájaro tras la lluvia


María Rosa Serdio
Ya se aclara la garganta
el pájaro tras la lluvia.
Otea desde su árbol
La ancha luna del agua.
Sólo ha cantado una vez
Y se me ha alegrado el alma
Porque ya es tarde cierta
Y él quiere que yo cuente
Con la luz de otro mañana.
Ha cantado, no era un sueño
Lo he oído, no era magia.
Era un mirlo, azul de negro,
que posado allá en la rama
llamó al amor y a la vida
tras la cortina del agua.
¿Era un ave o fue mi voz,
la de adentro, quien cantaba
al día de luz y abrazos
que nos espera mañana?

domingo, 13 de junio de 2010

Contigo soñar





María García Esperón


En un pañuelito
de espuma del mar
las lágrimas tuyas
yo quiero guardar.

En una escalera
de escarcha y coral
subir a tus sueños
contigo soñar.

En una barquita
velera de sal
remar a tu playa
y verte pasar.

sábado, 12 de junio de 2010

Una sirenita


María García Esperón

Pasadas las siete
en una pleamar
una sirenita
llegó a mi ciudad.

Era como un sueño.
Era como el mar.
Con los ojos verdes
y el pelo azafrán.

Estaba cansada
de tanto cruzar
las azules aguas
de la inmensidad.

Me dijo un secreto,
me dejó un coral,
me cantó una copla
y volvió a la mar.

jueves, 3 de junio de 2010

Llamar a la Poesía


María Rosa Serdio
Con hojas de buen color,
con un lápiz que sea viejo.
Con susurros,
con amor...
Llamar a la poesía
poniéndole el corazón,
una pluma, una sonrisa,
una cinta,
un tú, un yo...
Llamar a la poesía
para que nos traiga paz,
para hablarla con amigos.
Para sembrarla
y gozar...
¡Llamémosla todos juntos!
¡Poesía!
¿Vienes ya?