Yo buscaba el color del corazón,
el color de la sangre, el color de las fresas,
el de las barras de carmín,
el de las manzanas muy maduras,
el de las crestas picudas de los gallos,
el rojo de los gorros de los gnomos,
el rojo rojo de Caperucita,
el de las faldas de las amapolas.
♥♥♥
Necesitaba rojo para sentirme entera,
rojo para plantar geranios en mis sueños,
rojo para el jarabe, para las mermeladas,
para el sabor de los pimientos,
rojo para los coloretes de las pompas
y para echarle a veces a las llamas
y a mis mejillas que siempre se sonrojan.
Rojo,
cuántas veces en rojo te soñaba…
♥♥♥
Uno nunca sabe dónde está el color de su vida,
uno nunca sabe cuánto rojo le espera.
Yo buscaba mi rojo en los claveles,
en las guindas, en los atardeceres,
en las señales de tráfico, en los brezos.
Rojo que fuera de grito,
rojo que no fuera de fábrica,
rojo que no fuera de guerra.
♥♥♥
Buscaba el rojo que se difuminara
con el rojo que tiñe tu belleza,
con el rojo que almuerzan los tomates,
con rojo sarampión, rojo frambuesa.
Y ya ves, a uno nunca sucede nada seguro,
yo buscaba y buscaba
y tú… rojo, mi rojo,
sobre la roja carne de una simple cereza.