María Alicia Esain
Les quiero contar la historia
de un jilguerito cantor
que tocaba la guitarra
y era muy buen payador.
Él estaba enamorado
de una calandria mimosa
que cantaba dulcemente
en la rama de una rosa.
Juntos volaban ligero,
juntos juntaban bichitos
y alegraban con sus trinos
a papas y rabanitos.
Un día los asustó
un gatazo grande y fiero
que dando fuertes maullidos
los miraba desde el suelo.
Del miedo se le cayó
al jilguero la guitarra
justo cuando iban a actuar
porque esa noche había farra.
Cuando la pobre calandria
pensó: "¡El gato me agarra! "
llegó un perro vigilante
que al gato sacó corriendo
sin perder un solo instante.
Le devolvió el instrumento
al pajarito cantor
y a la bonita calandria
la adornó con una flor.
Volando muy apurados
para la fiesta se fueron
y allá cantaron tan bien
que todos los aplaudieron.