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lunes, 13 de septiembre de 2010

Quién diera a su ir y venir la quietud de tu alma



Aurelio González Ovies


Cuando lloraba, entonces

yo le decía:

no llores,

         mira,

              ¿ves?,

por ti va y viene el mar

con olas a la tierra.

Tú lloras porque no la alcanzas

y ella porque no te llega.

(Para Reme)